De acuerdo a reporte de la Fiscalía General Chilena, son ocho personas las que murieron incineradas ayer y mil 462 personas fueron detenidas por desmanes.
El país sudamericano tiene a ocho de sus grandes ciudades bajo toque de queda (lo que restringe las libertades de reunión y movilización) tras protestas masivas que iniciaron por el alza de tarifas en el metro y derivaron en un estallido social y actos vandálicos.
El caos en la capital chilena se extendió al aeropuerto internacional, donde un par de aerolíneas chilenas suspendieron o reprogramaron sus vuelos, afectando a más de mil 400 personas.
El vandalismo se tradujo ayer en más de 70 “eventos graves”, entre ellos, más de 40 saqueos pese a la vigencia del estado de emergencia y a la presencia de 10.500 militares y policías en Santiago, afirmó el ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien anunció que la situación de emergencia se extendió a otras dos ciudades, sumando ocho, y que se tramita implantarlo en otras cuatro.
Esta es la peor crisis del segundo periodo de gobierno de Piñera y la primera vez que se instaura el estado de emergencia y el toque de queda en democracia, mecanismos usados a menudo durante la dictadura militar del general Augusto Pinochet (1973-1990).
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, dijo que el país está “en guerra contra un enemigo poderoso e implacable”.
Piñera envió al Congreso un proyecto de ley para anular el alza tarifaria del subterráneo de Santiago (de 1.12 a 1.16 dólares) que desató el lunes pasado manifestaciones estudiantiles que se tradujeron y protestas masivas que concluyeron con vandalismo generalizado.
Fuente: LaJornada