Brasil se convirtió ayer en el cuarto país con más contagios de COVID-19 a nivel global, pero aun así el presidente Jair Bolsonaro insiste en reabrir la nación y encabezó un mitin multitudinario.
El país carioca, que ya sólo está por debajo de Estados Unidos, Rusia y Reino Unido, suma 241 mil 80 pacientes, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.
España tiene 230 mil 698 casos, e Italia alcanzó los 225 mil 435.
En cuanto a la cifra de decesos, Brasil registra 16 mil 118, lo que lo coloca en sexto lugar en todo el mundo.
Según estimaciones del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, el país podría llegar a casi 90 mil muertes para agosto.
“La población quiere trabajar para colocar la comida en la mesa”, aseguró Bolsonaro, quien rechaza la estrategia de las gestiones estatales de mantener la cuarentena.
El gobernante no comentó sobre la renuncia de su último ministro de Salud, Nelson Teich, quien dejó el viernes el cargo sin cumplir un mes en él, debido a “incompatibilidades” con el presidente.
De acuerdo a Domingo Alvez, de la Escuela Médica de la Universidad de Sao Paulo, explicó que “Brasil sólo está sometiendo a pruebas a quienes terminan en el hospital. Es difícil saber qué es lo que está sucediendo en realidad”.