Bruselas, Bélgica.- Los científicos
responsables del Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT) presentaron este
miércoles la primera imagen de un agujero negro, uno de los grandes misterios
del universo.
La histórica fotografía, obtenida a
partir de una red ocho observatorios situados en distintos puntos del mundo,
consiste en un anillo con una mitad más luminosa que la otra, que corresponde
al agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la galaxia M87, a 53.3
millones de años luz de la Tierra.
Imagen proyectada hoy en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) durante la rueda de prensa en la que de forma conjunta los científicos responsables del Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT), en Madrid, España, presentaron este miércoles la primera imagen obtenida de un agujero negro, uno de los grandes misterios del Universo.
“Hemos transformado un concepto matemático,
algo que se explica con fórmulas en una pizarra, en un objeto físico que se
puede observar”, explicó el italiano Luciano Rezolla, profesor de Astrofísica
de la Universidad Goethe de Fráncfort y parte del equipo científico responsable
del hallazgo.
La imagen se “construyó como un puzzle”
a partir de diferentes fotografías tomadas en cuatro días distintos por la red
de telescopios funcionando como un único radiotelescopio, comentó la
investigadora polaca Monika Moscibrodzka.
“Nada del interior puede vivir y ser
transmitido al exterior (…). No puedes ver un agujero negro, pero puedes ver su
sombra, que se produce cuando la luz desaparece tras el horizonte de sucesos
(del agujero)”, explicó el presidente del consejo del Telescopio del Horizonte
de Sucesos, Heino Flacke.
Los agujeros negros, imaginados a inicios del siglo XX por el físico Albert Einstein y teorizados por su colega Stephen Hawking en los años setenta a partir de la radiación que emiten, son una masiva concentración de materia comprimida en un área pequeña que genera un campo gravitatorio que engulle todo lo que le rodea, incluida la luz.
Ese misterioso fenómeno astrofísico
supone la última fase en la evolución de un tipo de enormes estrellas que son
al menos 10 veces más grandes que el Sol. Cuando una “gigante roja” se acerca a
la muerte, se repliega sobre sí misma y concentra su masa en una superficie muy
pequeña, que se conoce como “enana blanca”.
Si este proceso de gravedad extrema
continúa, se transforma en un agujero negro, delimitado por lo que se conoce
como “horizonte de sucesos”, que es el punto de no retorno a partir del cual
nada que sobrepase esa frontera puede escapar de su atracción del hoyo, y en
cuyos aledaños giran aglomeraciones de gas a aproximadamente en una órbita
circular.
“La astronomía es algo que no se hace
solo desde tu despacho. A veces hay que embarcarse en una expedición. Y hace
dos años unos científicos se embarcaron en una expedición al lugar más remoto”,
resumió en la presentación el español Eduardo Ros, coordinador del Departamento
de Radio Astronomía/Interferometría de muy larga base del Instituto Max Planck
de Bonn (Alemania).