Cancún.— Otto Alfredo von Bertrab Schott, director general de Río Secreto, y Ana Lilia Córdova, de Centinelas del Agua presentaron el proyecto “Escudo del Caribe” para la recolección del sargazo en el mar con “tecnología de superpunta” y su aprovechamiento para la generación de gas y energía eléctrica, el cual requiere 50 millones de dólares para financiarlo.
Su propuesta, similar a la de la
Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos, consiste en habilitar una
primera barrera de contención, a una distancia de entre cinco y 10 kilómetros
de la costa, con embarcaciones que recojan el alga; una segunda barrera
abarcaría la franja que va del kilómetro 1 al 5 y, finalmente, la recolección
en la playa.
Von Bertrab Schott explicó que se
involucró en el tema del sargazo, a pesar de que no afecta directamente a Río
Secreto, pero lo hará si continúa llegando en grandes cantidades.
Soy presidente del Comité Ambiental de
la Coparmex, donde nos enfocamos en el tema del sargazo, en buscar soluciones a
un problema que es global, producto de la contaminación causada por el hombre
con el uso de fertilizantes, que al igual que las aguas industriales o de las
ciudades van a los ríos, que desembocan en el mar con un exceso de nutrientes.
La naturaleza aprovechó esa alga para limpiar los contaminantes y forma islas
que están creciendo y nos llegan con las corrientes, explicó.
Luego de señalar que el sargazo es un
filtro natural que está limpiando los mares de agentes contaminantes y los está
devolviendo a las costas, señaló que ese filtro guarda contaminantes, como el
ácido sulfídrico y metales, que se descomponen y constituyen un veneno para la
tierra.
Por eso, indicó, el sargazo no se puede
desechar donde sea, sino en lugares con geomembranas y, de preferencia,
aprovecharlo en biodigestores para la generación de gas o electricidad. Desde
luego, hay que verificar que los lixiviados no pasen al subsuelo, pues está demostrado
que donde tiras esta alga la naturaleza muere; además, el ácido sulfídrico no
sólo puede contaminar el manto freático, sino que puede ir erosionando la
piedra caliza del suelo.
En ese sentido, dijo que lo ideal es
capturarlo en el mar, antes de que llegue a la costa porque en el momento de
retirarlo de la playa se lleva la arena que es nuestra protección contra
huracanes. En este momento la propuesta más sólida es recolectar el alga en el
mar.
Ya hay una empresa que se encargaría de
hacerlo a una distancia de entre 5 y 10 km de la costa, con apoyo satelital y
de drones para ubicar los puntos donde tienen que ubicarse las embarcaciones
para recolectar el sargazo, deshidratarlo para que venga con la menor cantidad
de sal y compactarlo para traerlo.
La segunda barrera, que trabajaría a una
distancia de 1 a 5 kilómetros de la costa, con barcos más pequeños, para que
llegue lo menos posible a la playa, lo recolectaría y atraería a tierra, para
su aprovechamiento o disposición final, continuó.
Otto Alfredo von Bertrab Schott y Ana
Lilia Córdova coincidieron en que hasta ahora no hay una sola visión y
estrategia, aunque aparentemente Fonatur ya asumió el liderazgo y eso es
positivo.
Con el sargazo debemos hacer algo
similar que lo que hicimos con la capa de ozono, que llevó a eliminar los
aerosoles y otros productos que causaron el agujero que ya comenzó a
restaurarse, indicaron.
Von Bertrab Schott destacó que Quintana
Roo es el lugar que más turismo recibe en el Caribe y debe poner ejemplo, tanto
en la prevención como en la solución, para llegar a ser un estado sustentable,
con prácticas adecuadas, y luego exigir a otros países trabajar en un esfuerzo coordinado,
no aislado.
Ana Lilia Córdova, explicó que a
diferencia del “Escudo del Caribe”, muchos investigadores han trabajado en
torno al sargazo de manera descoordinada.
Este esfuerzo que se está presentando ha
requerido investigación, acuerdos, compromiso. El reto en este momento es
conseguir los fondos para financiar una estrategia que deberá perfeccionarse
cada año, añadió.