La ciudad de Venecia está bajo el agua, debido a la mayor inundación que ha sufrido desde 1996. Se trata de una “devastación apocalíptica”, según definió el presidente de la región del Veneto, Luca Zaia.
“Venecia está de rodillas. La Basílica de San Marcos ha sufrido graves daños, así como toda la ciudad y las islas”, añadió por su parte el alcalde Luigi Brugnaro, después de una de las noches más duras que ha sufrido en su historia la ya frágil ciudad.
El alcalde compareció en una rueda de prensa muy afectado por los destrozos y aseguró que vio a gente llorar “porque había perdido todo”, por lo que llegó el momento de dar “una respuesta histórica” para salvaguardar una de las más importantes “tarjetas de visita” de Italia.
El fenómeno del “agua alta” en Venecia, la subida de las mareas, alcanzó a las 22:50 hora local del martes los 187 centímetros, tras el récord de 194 centímetros que se alcanzó en la inundación de 1966, pero esta vez acompañado con vientos de hasta 100 kilómetros por hora.
Las sirenas que anunciaron las subidas de la marea sonaron hasta tres veces durante la noche y los daños en la ciudad se observan a simple vista, pero se podrán cuantificar solo cuando se retire el agua, aunque el alcalde ya avanzó que serán de varios cientos de millones de euros.
Góndolas y lanchas arrancadas de los amarres y empujadas hacia las costas, cinco “vaporetti“, el transporte marítimo público, hundidos o a la deriva, así como totalmente inundadas las tiendas, restaurantes y hoteles de la ciudad. Más de 60 barcos resultaron dañados, según una primera estimación.
También murió un hombre de 78 años, quien se electrocutó en la isla de Pellestrina, al sur de Venecia, debido a un cortocircuito cuando intentaba bombear el agua de su casa.
El ayuntamiento de la ciudad pedirá el estado de calamidad natural para poder contar con ayudas estatales e instó a todos los venecianos a documentar los daños sufridos.
El Gobierno italiano informó este miércoles que la situación de Venecia se afrontará en el próximo Consejo de ministros, en el que se evaluarán “las intervenciones necesarias y urgentes para proteger la ciudad y los habitantes” y tanto el presidente del Gobierno, Giuseppe Conte, como algunos ministros llegarán a la ciudad “Serenissima”.
Todas las escuelas en Venecia y de las islas permanecerán cerradas este miércoles, y en varias zonas de la ciudad se han producido apagones, sobre todo en el Lido y en el Campo Santa Margherita, y el agua ha entrado prácticamente en todos los edificios del centro.
Una de las imágenes de la difícil situación en la que se encuentran los residentes es la del agua que sale a borbotones desde las tomas de corriente de las casas, lo que impide el uso de aparatos para bombear.
“Es una devastación. Los daños son enormes y por desgracia no parece que esto se detenga, ya que continúa la marea alta, Los cuadros eléctricos de los hoteles han saltado y por tanto no se pueden utilizar las bombas para sacar el agua”, describió a los medios italianos el director de la Asociación veneciana de hoteleros, Claudio Scarpa.
Protección civil comunicó que 130 bomberos están interviniendo en estas horas en Venecia. Y el problema para los expertos es que el mal tiempo no remitirá y por tanto el fenómeno del “agua alta” continuará durante toda la semana.
Preocupa sobre todo la situación de la Basílica de San Marcos, ya gravemente afectada en la inundación de octubre del año pasado y que obligó a realizar una restauración de suelo y de las columnas.
Durante la noche la altura del agua llegó a los 110 centímetros y sumergió la cripta del santo, pero solo cuando el agua se retire se podrán evaluar los daños de la sal que se filtra entre los valiosos mosaicos y los mármoles.
En la rueda de prensa, el patriarca de San Marcos, Francesco Moraglia, aseguró que nunca había visto nada igual cuando a las olas enormes que surcaba la pasada noche la plaza de San Marcos.
También ha sufrido algunos daños el Teatro La Fenice y aunque el agua no ha afectado a la zona del escenario, sí inundó otras zonas, por lo que tuvo que ser desactivado el sistema eléctrico y antincendio y se teme por la inauguración de la temporada operística prevista para el 24 de noviembre.
El Ministerio de Bienes Culturales y Turismo italiano activó la unidad de crisis para verificar y proteger el patrimonio cultural que puede haber sido dañado por la marea alta excepcional que está golpeando a Venecia, comunicó.
Tras el desastre de estas horas volvió a surgir la polémica por los retrasos en la puesta en marcha del sistema de diques móviles colocado a la entrada de la ciudad en el Mar Adriático, conocido como el MOSE (Moisés), que comenzó a construirse en 2013 y que se espera esté operativo en 2021.
Costeado con 5 mil 483 millones de euros, esta obra de ingeniería se estudió para proteger Venecia y su patrimonio único en el mundo de mareas de hasta tres metros de altura y de una elevación del nivel del mar de hasta 60 centímetros.
Pero el proyecto, iniciado en 2003 por el “Consorzio Venezia Nuova”, ha contado con el rechazo de los ambientalistas y también ha estado salpicado por casos de corrupción, por los que en 2014 fueron detenidos el entonces alcalde, Giorgio Orsoni, y otras 34 personas, Para muchos, como el alcalde de la ciudad, el “Moisés” habría detenido las aguas.
Fuente: ElUniversal